viernes, 25 de septiembre de 2009

Capítulo 4

- Querida, que placer tenerte de nuevo aquí.
- Buenos días, Bruce, veo que has remodelado el despacho.
- Sí, cierto, creo que el arte Naïf va más con mi estado actual.
- ¿Estado actual?, ¿gordo?, porque si no me equivoco aquel es un Botero.
- Buen ojo, cielo.

Odio que me llamen monada, cielo, princesa, amor, pastelito, magdalena, bizcocho, tarta de fresa, bocadillo de jamón… pero como más vale no morder la mano que te alimenta me toca poner cara de adulada.

- Pasaba por aquí y…
- Ya, ya, ya. Mi amor, tengo ojos y oídos por todos lados, sé que llevas bastante tiempo sin poner tus aptitudes a trabajar.
- Bueno, son malos tiempos, incluso para nosotros.
- Precisamente estaba pensando en ti.

Será falso, lleva meses en los que sé que ha estado utilizando los recursos de otros, como ha mencionado, hay ojos y oídos por todos lados, y aunque yo no sea el clon de Dumbo, tampoco soy ignorante de lo que sucede.
- Espero que para bien. No recuerdo haber hecho ninguna trastada de la que tengas que acordarte.
- Jejeje, no, nena, siempre pienso en ti para bien, eres mi preferida.- Me lanza una sonrisita maliciosa que obvio mirando de nuevo los cuadros.- Pero ven, sentémonos.

Separo la butaca para sentarme, e intento componer de nuevo mi cara profesional, lo que vendría a ser cara de sensiblemente interesada en todo lo que se vaya a decir, aunque a veces no puedo evitar valorar los riesgos de la habitación donde estoy. Paseo la vista con disimulo, y absorbo los cambios, conozco demasiado bien el despacho para no tener ubicada ya las posibles salidas.
Mientras Bruce saca de la hibernación su ordenador, descubro que además de los cuadros, ha hecho otros pequeños cambios: la alfombra no está en su posición original, no lo había percatado antes, pero puedo ver el pequeño cambio de color en la tarima, fruto de continua protección dejada a la vista.
También la mesa está desplazada, y está dejando nuevas marcas al lado de las antiguas.
¿Remodelación del despacho?. Por costumbre mi mente almacena la nueva información independientemente de que sea importante o no. Es un rasgo de carácter.

- Desde hace un tiempo estamos teniendo una buena racha de contratos. Alguien está recompensándonos gratamente por limpiar sus trapos.
- ¿Y quién es ese benevolente personaje?.
- Oh, mi querida, esta vez no puedo decírtelo, acuerdo de confidencialidad con el cliente.
- Sí que ha de ser importante, supongo que es alguien público o de nuestro mundillo, porque de otro modo no hay mucho sentido en que no nos informes para poder estudiar las variables de donde se mueve cliente y objetivo.
- Lo siento, pero esta vez es a ciegas. No puedo decir nada.
- Esto sí que es nuevo, ¿desde cuando eres un sacerdote o un abogado?.
- Desde que el plus por mantener la boca cerrada me provee de un gran incentivo.
- Claro, claro. ¿Y hay algo que yo pueda hacer por tu nuevo cliente misterioso?.
- Sí, precisamente eres la indicada para rematar algunos flecos que nos están quedando.

Arrastra la silla para abrir el armario que tiene a su espalda, momento que aprovecho para girarme un poco intentando conseguir un ángulo desde el que pueda ver parte de la pantalla.
No veo más que el reflejo de una foto expuesta en ella, pero puede ser cualquier cosa, desde un detalle que tenga algo que ver con el cliente a una foto porno en la que ande recreándose mientras habla conmigo. ¿Será de hombre o de mujer?, Bruce juega al despiste y nunca confirma opciones sobre él.
He de recolocarme de nuevo, se vuelve con una carpeta demasiado gruesa para lo usual y la coloca sobre la mesa.

- Veamos lo que nos queda por aquí… Uhm… sí, creo que esto es perfecto para ti.

Pone una serie de fotografías delante mío, en ella se ve a relativa distancia una pareja que se abraza, que se despide y que va cada una por un lado. Él es alto y de mediana edad. No estoy segura de si se aprecian unas canas en el pelo o es el efecto de la mala calidad de la foto. En algunas de las fotos se ve que lleva un maletín en la mano izquierda, lo interesante es que en otra me parece intuir que el maletín va cogido a su muñeca por algo con un reflejo metálico: ¿esposas?. Es alguien con poder o dinero, o ambos, que suelen ir acompañados.
Respecto a ella, no hay mucho que saque de la serie de fotos, a priori parece una rubia típica: bien vestida, con altos tacones y buen cuerpo. No observo nada que me sea de utilidad en ella, excepto que mientras el hombre se aleja hacia un coche con chofer, ella es recogida por otro que me recuerda levemente a los coches oficiales.

- Bien, dime. ¿Qué necesitas?.
- Lo de siempre, en lo que eres experta: un trabajo limpio y fuera de sospecha. Únicamente hay un detalle: debe ser en un día y momento fijo.
- Eso no es lo normal, la oportunidad no se presenta cuando uno quiere. ¿Quién es el objetivo?, ¿él?.
- Los dos. Nuestro cliente quiere que los mates a los dos y que consigas algo.
- ¿El maletín del hombre?.
- No, eso es irrelevante, es algo que tiene ella.
- Muy bien, necesito más información para conseguirlo. Nombres, datos, todo lo que me pueda ser de utilidad.
- Sólo puedo darte unos nombres y las fotos. El resto tendrás que averiguarlo tú. Sólo puedo decirte que le fecha y el momento del trabajo te lo diré un poco antes, por ahora no está en mi mando esa información.
- Ya veo, nada de facilidades. ¿Cuál es el precio?.
- Un millón por cabeza.
- Sí que tiene interés en que no sigan en este mundo.
- Yo no pregunto razones, sólo valoro riesgos para mí… y mi gente, claro.
- Claro.
- Está bien, acepto el trato, pero necesito todo lo que me puedas dar, todo.
- Esta es mi chica.

Después de media hora más discutiendo detalles de la operación con Bruce salgo de su edificio.
Menuda mierda en la que me he metido, un encargo que se sujeta con alfileres, y que además tiene el añadido de que ha de ser en el momento en el que alguien ajeno te diga, lo que incrementa con mucho la peligrosidad.
Saco el móvil para llamar a mi grupo y que nos pongamos a averiguar quienes son estos dos antes de que se enfríe la escasa pista que me han dado.
- ¡Joder!

No hay comentarios:

Publicar un comentario